Lana sube, lana baja... observamos las primeras alzas del dólar a
finales del año pasado, aunque es en este mes de marzo
cuando el peso ha sufrido su peor nivel frente al billete verde, peor incluso
que en 2009, en los tiempos de la recesión global.
Para empezar, habría que entender por qué el dólar puede subir o bajar como en montaña rusa. Parte de la respuesta tiene que ver con la famosa ley de la oferta y la demanda: como cualquier producto en el mercado, el precio disminuye cuando la oferta supera la demanda, o al revés, el precio aumenta cuando la demanda supera la oferta.
Por ejemplo, si un vendedor de manzanas ofrece mucha fruta pero a pocos se les antoja, entonces tiene que bajar el costo; o bien, si tiene pocas manzanas pero hay muchos hambrientos dispuestos a comprarle, entonces le conviene subir el precio.
Lo mismo sucede con el dólar, como cuando hay muchos ahorradores que salen a comprar dólares y ese exceso de demanda dispara el precio de la divisa hacia arriba. En esos casos el Banco de México puede aplicar su mentada "subasta", que no es más que atacar ese exceso de demanda con mayor oferta de dólares. De hecho, apenas este miércoles anunció que subastará diariamente 52 millones.
También el Banxico menciona en su Reporte Monetario 2015 otro factor que ha influido en el peso mexicano: los bajos precios del petróleo -la más importante fuente de ingresos del país- lo que significa menos dinero y tener que apretarse el cinturón, tal como hizo Hacienda en enero al anunciar su recorte al gasto público.
Y si bien entran menos dólares a México al caer el crudo, se nos escapan además los dólares de los inversionistas que ven la recuperación económica de Estados Unidos. Al fortalecerse su moneda, se espera entonces que el banco central gringo, el FED, incremente las tasas de interés, lo que dará la estocada final a todas las monedas del mundo, incluido el peso, tal vez empujándolo hasta en 16 unidades por dólar.
Contra lo que pudiera pensarse, el peso puede recuperarse, aunque no sea inmediatamente. De hecho, ya lo hizo alguna vez al regresar a 13 por dólar, luego de haber caído también en 15 por dólar. Lo anterior porque, como ya habíamos mencionado, todo depende de la oferta y la demanda, lo que significa que el peso se deprecia, no se devalúa.
Uno de los viejos temores de los mexicanos es justo la devaluación, esa palabra que nos evoca crisis, inflación y horror. Y no es para menos, pues en el pasado era el presidente el que imponía su tipo de cambio por decreto -o según el humor con el que amanecía- lo que no ayudó mucho en aquéllas complicadas décadas de los 80 y los 90.
Por lo menos, de esa terrible experiencia se aprendió una lección y se reemplazó ese tipo de cambio fijo por un tipo de cambio flotante, esto es libre, sin decisiones arbitrarias y de acuerdo al mercado. Es por ello que ya no hablamos de una devaluación, sino más bien de una depreciación, una diferencia sutil pero muy importante.
Como sea, la defensa de los pesos del águila frente a los billetes de Washington depende también de la fortaleza de nuestra economía y de las decisiones que se tomen para lograr por fin su crecimiento. Por lo mientras, en el corto plazo y al nivel de nuestras finanzas personales, es mejor tomar en cuenta una serie de recomendaciones para evitar hoyos en los bolsillos.
¿Cómo me afecta y qué no debo hacer?
Para empezar, no es buena idea salir corriendo a cambiar pesos por dólares. El chiste de invertir en la divisa es más bien comprarla en tiempos de estabilidad (no de volatilidad) porque si los compras ahora, pasa la tormenta y el peso se recupera, entonces adiós inversión.
Tampoco es el mejor momento para salir de viaje, ya que pagarás más de lo que planeabas al hacerse las transacciones en dólares. Ya sí habías contratado algún paquete de agencia, compra entonces los necesarios y lo más pronto que puedas.
En contraste, el dólar caro es buena noticia para la industria turística, puesto que los extranjeros encontrarán sus viajes más baratos y se animarán a visitar los destinos nacionales, lo que sugiere más ganancias para pueblos mágicos o playas.
Respecto a comprar productos importados tampoco es lo aconsejable ahora, ya que pagarás por ellos un precio adicional por el costo en dólares de haberlos introducido al país. Mejor evitar el gasto extra y voltea a ver los productos nacionales.
Similar problema aplica para los artículos vendidos vía Internet, puesto que los precios se establecen en dólares y por el tipo de cambio desembolsarás más.
Finalmente, hay una buena noticia para los paisanos que envían remesas desde el país vecino, ya que entre más fortalecido el dólar, mayor será el monto en moneda local que reciban sus familias aquí en tierras aztecas.
* Fotos: pánico (EFE) euro contra dólar (AP); tipo de cambio esta semana (Xinhua)
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